La educación para la paz exige un cambio de modelo de paz: desaprendiendo la exclusividad de la Pax para unirla a la Eirene y la noviolencia

Resumen

El aprendizaje para la paz implica que las personas que realizan dicho proceso ya no son las mismas de antes, por cuanto han desaprendido conductas violentas y han adquirido otras, pacifistas, entendiendo que el ser humano no es instintivo como los animales, que siempre tienen que responder ante los estímulos, sino que tiene libertad para retrasar la respuesta habitual, inventar otra o, sencillamente, no responder. Se trata de un cambio de personalidad, caracterizado por la apertura hacia el otro, con quien ahora se mantienen relaciones equilibradas, que posibilitan compartir actos ejecutados con base en las distintas formas de pensar de ambas partes, las cuales antes eran mutuamente excluyentes.El aprendizaje para la paz también implica reconocer que durante los primeros años del post-conflicto no muchas cosas cambiarán. El Ejército Nacional de Colombia no dejará de existir, garantizando así la perpetuidad del concepto romano de Pax, y el Estado colombiano seguirá siendo neoliberal, inmerso en una globalización que día a día genera desigualdad social. Pero la era de la paz no conlleva sumisión acrítica de las personas, sino la incorporación del concepto griego de paz, Eirene, que les posibilita a los ciudadanos hacer reclamos responsables al Estado, bien pensados y dialogados sin violencia.