La educación superior propende una formación para la vida en un mundo cambiante

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Samuel Elias Forero Buitrago

Abstract

El tema educativo en Colombia pasa por unas tendencias de cambio y transformación que orientan el progreso de nuestro país y forman el talento humano, además, de las exigencias académicas nacionales e internacionales a las que tiene que responder, lo cual, sirven de eje estructurador para la pertinencia del conocimiento. En el presente, las universidades cumplen un papel significativo de cambio e innovación, a pesar de las dificultades, vicisitudes y exclusiones que podemos vivir en el medio social, económico y cultural de la sociedad.La educación superior en la formación del estudianteLa educación superior, orientada sobre todo a las juventudes, no solo ofrece posibilidades de formar y enseñar para la vida, sino que establece las vías de comunicación que permite el acceso al conocimiento, mediante sus funciones sustantivas de docencia, investigación y proyección social.Además de los beneficios que puede brindar la educación superior a los ciudadanos en sus diversas interacciones de formación y conocimiento, es necesario, reconocer también su capacidad crítica en el medio social y su labor integradora para conducir y promover a los estudiantes al nivel profesional.La educación superior ofrece múltiples facetas de enriquecimiento personal que durante el periodo universitario ayuda con gran apropiación y pertinencia a entender la realidad y problemática de los jóvenes y la de cada una de sus regiones. A esto, se suma el hecho que algunas instituciones ofrecen en sus planes de formación syllabus con un contenido humanista que responde, en este caso, a las declaratorias de la misión institucional de las universidades, denominada formación integral. Aspecto relevante, por ejemplo, para la filosofía Martha Nussbaum quien considera que la educación debe estar traspasada por las artes y las humanidades para “afrontar de manera constructiva los problemas más acuciantes del mundo” (Nussbaum, 2010, .25), evitar el deseo solamente del afán de enriquecimiento y ofrecer oportunidades de educación con calidad a las personas menos favorecidas.En este sentido, la universidad es lugar propicio para desarrollar el liderazgo y los talentos personales de los estudiantes, bajo las exigencias hoy de comunidades socialmente complejas y de líneas de orientación pedagógica inscritas en la modalidad delas competencias educativas, las cuales ayudan a las personas a ser sujetos útiles dentro de una comunidad. El tiempo dedicado al estudio, en el medio universitario, introduce al estudiante a vivir una etapa particular, un modo de ser y experiencia única, que indudablemente busca prepararlo para afrontar los retos y desafíos de una sociedad cambiante y es, igualmente, factor determinante de humanización. Las instituciones educativas son punto de encuentro que promueve la riqueza cultural, fomenta el crecimiento económico y crea nuevos conocimientos en los distintos escenarios que plantea nuestro mundo global.La educación superior y la calidad en la formación la dedicada coherencia y seguimiento a las exigencias de la calidad en la educación superior instan a la concreción de planes, estrategias y acciones conducentes al mejoramiento continuo del aprendizaje. Son muchos factores que caracterizan la naturaleza de su proceso, estandarizado por políticas públicas y por la reglamentación del estado.En este sentido, en Colombia desde hace varios años, se ha recorrido un importante trayecto en lo concerniente a la acreditación de la educación superior, así mismo, tanto su contenido como significado, permite la ponderación en la acreditación institucional de alta calidad y la de sus programas, movilizan la educación en la ruta de perfección y ascenso para alcanzar mejores niveles en el liderazgo nacional y mundial, no solamente por obtener unos estándares de clasificación, sino para contribuir consciente y responsablemente a la transformación de la sociedad.La evaluación aparece como locución frecuente para los procesos de calidad que justifican y dan cuenta de las acciones institucionales referidas preferentemente a la evaluación y autoevaluación de la calidad, docencia, recursos, pruebas, competencias que dan una apreciación en el cumplimiento de los fines de la educación y ofrecen una información que, en la práctica de las instituciones, se vuelve una tarea rutinaria para la preparación de la acreditación (Juny MONTOYA y Eduardo Escallon, 2013, pp. 379-417).Es interesante conocer de cerca el fenómeno de la acreditación al interior de las distintas instituciones de educación superior, pues este ejercicio, además del monitoreo procedimental para verificar sus actividades educativas, demanda demasiados recursos, inversiones, preparación y otros factores que generan un conocimiento importante de los procesos particulares de las instituciones. Es de advertir también, que la calidad puede convertirse en un factor de controversia, pues su significado suele ser diversa y ambigua en los modelos de aseguramiento de la calidad que incluye, además, la respuesta a la regulación de la educación superior, alcance de estándares clasificatorios, prestigio, competencia y rankings (Liz REISBERG, 2014, pp. 239-266).Estos aspectos pueden llegar a las instituciones de educación superior a lograr cumplir tareas y funciones en vista del reconocimiento de los entes estatales y de las entidades internacionales que verifican y chequean los distintos aspectos que imprimen, a su juicio, una estandarización de la calidad, siendo un interrogante por el factor humano que está allí presente y que, en muchos de los casos, los procesos de estructuración y desempeño para garantizar los requerimientos de la educación, no logran hacerlo evidente, lo que indica que la universidad debe ser una escuela de pensamiento y de conocimiento critico que fomente la autonomía y la autorregulación de los mismos procesos educativos en donde, la intervención de lo humano sea reconocido y  valorado más que en componentes indicativos de eficiencia y calidad.Avances tecnológicos en la educación superiorSi bien es notable una nueva consolidación de los criterios en la educación superior, en particular los avances de ciencia y tecnología y los desafíos de la educación virtual, que supera las fronteras de espacio y tiempo, también es cierto que, las mediaciones que demanda sobre las instituciones de educación superior, son mayores. Garantizar la educación de alta calidad significa pensar en los factores que tienen que ver con la profesión académica, la exigencia en la investigación, los problemas metodológicos. La gobernanza institucional, el manejo y consecución de recursos, la innovación, la ética de la investigación, por solo anunciar algunos de ellos (Cf. Horizon Report, 2015).La producción del conocimiento y el manejo de la información ofrecen hoy a las instituciones de educación superior la capacidad para reconocer los procesos que se dan al interior de las mismas y las implicaciones emergentes de cambio por la cultura digital, aspectos que marcan fuertemente a los actores del proceso de enseñanza y aprendizaje. Es claro, las universidades experimentan en la actualidad y gran impacto en su identidad, estructura y administración para atender las nuevas generaciones marcadas por la tecnología, la interactividad, la imagen y la información (Gabriel FERRATÉ, 1998, pp. 173-193). En temas de funcionalidad y cobertura educativa es interesante reconocer la extensión y el crecimiento de nuevos modelos de inmersión y funcionalidad que cautivan a los jóvenes marcados por la digitalización y la virtualidad. La educación superior asiste a la relevancia de las llamadas sociedades del conocimiento y de la información que la sitúa en unos nuevos escenarios de cambio y actualización.La conciencia de educar se enfoca a que son las personas las que interesan en el proceso educativo, sus capacidades de relación, de servicio y de entrega hacia los demás, en donde la tecnología no ocupa un lugar principal. Los instrumentos son tan solo herramientas importantes que facilitan y permiten la interrelación, la formación y el trabajo. A manera de ejemplo y como experiencia educativa en el ejercicio de direccionamiento institucional, interesa mucho la experiencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en su afana de incursionar y responder a la transformación de las tradicionales salas de sistemas, en principio las maquinas (pantallas, computadores, dispositivos electrónicos, etc.) se convirtieron en los protagonistas de la enseñanza y la ocupación del espacio físico, limitando la visibilidad del encuentro entre las personas. Seguidamente, desde la experiencia educativa y pedagógica, se llegó a la convicción que son las personas quienes tienen la prioridad en la educación y no las mediaciones, en este sentido se dio el paso a crear aulas interactivas, garantizando la participación de los estudiantes en su proceso de formación e interrelación con los demás intervinientes de la educación.Orientaciones que contribuyen en el arte de educarLos estudiantes, al finalizar los procesos académicos de su formación profesional, encarnan un legado de preparación en bien de la persona humana y de la sociedad. Detrás de una profesión, existe siempre una persona cuya formación le posibilita nuevos lugares de acción y desarrollo. Surge a flote la convicción que la formación profesional sirve a la persona y a la comunidad; la vida y los sueños de cada estudiante, no solamente dan sentido y valor al trabajo que van a desempeñar, sino que promueven el bien común y la consolidación de las instituciones en una sociedad plural.En la experiencia educativa se evidencia que quien participa de una vocación de maestro, logra ofrecer a sus estudiantes referentes importantes para el crecimiento y desarrollo de la persona humana en su proyecto de vida. Los proyectos educativos, las estrategias pedagógicas, la comunidad académica, el desarrollo de competencias, entre otros, permiten allegar los conocimientos con pertinencia y acción para la transformación social. En este sentido, cuando alguien termina sus estudios, la persona se convierte en protagonista real de su propio entorno y sujeto de cambio para las personas que le rodean. De igual modo, es de gran estima y reconocimiento los esfuerzos de quienes participan como colaboradores inmediatos para sostener y acompañar la formación, en particular las familias, que con su apoyo económico, relacional y psicológico hacen un gran esfuerzo para ver a la nueva generación como personas formadas para el futuro. Es notorio en el ambiente cultural colombiano que la culminación y graduación en la educación genera un impacto social y emocional en los padres de familia, quienes ven en sus hijos una etapa culminada de preparación para la vida.El rol como formador en la educación superior es como lo indica Santo Tomas, lograr persuadir en los estudiantes un camino de orientación, sentido, realización y perfeccionamiento que en su estado de hombre maduro (vir maturus), la persona puede conducirse por ella misma y al mismo tiempo puede llevar y orientar a lo demás.Para finalizar, nos complace presentar a ustedes la Revista Ingenio Magno, en su número 2018-1, fruto de la reflexión de la comunidad académica de las facultades de ingeniería de la Universidad Santo Tomas que, en su compromiso con la investigación y la docencia, ofrecen sus aportes para la construcción del conocimiento.

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How to Cite
Forero Buitrago, S. E. (2019). La educación superior propende una formación para la vida en un mundo cambiante. Ingenio Magno, 9(1), 6-9. Retrieved from http://revistas.ustatunja.edu.co/index.php/ingeniomagno/article/view/1636
Section
Editorial Vol. 9-1

References

Gabriel FERRATÉ PASCUAL: “Universidad y nuevas tecnologías. El camino hacia la hiper universidad”. En: PORTA, Jaume y LLADONOSA, Manuel (Coords.): La Universidad en el cambio de siglo. Madrid: Alianza, 1998. p. 32.

HORIZON REPORT (2015, 2017). Educación Superior. Tendencia, retos y tecnologías
importantes.

Juny MONTOYA y Eduardo ESCALLÓN: “Calidad de la educación superior: ¿Recursos, actividades o resultados?”. En: OROZCO SILVA, Luis. La Educación Superior: retos y perspectivas. Bogotá: Universidad de los Andes, 2013, p. 379-417.

Liz REISBERG: “El debate sobre la calidad; estrategias y ambigüedades”. En: ALTBACH, Philip (Dir.): Liderazgo para universidades de clase mundial. Desafíos para países en desarrollo. Universidad de Palermo (Cátedra UNESCO-ONU).
Buenos Aires. 2014. Págs. 239-266.

NUSSBAUM, Martha: Sin nes de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades. Katz Editores. Madrid. 2010. Págs. 20-31.