Editorial Pensar inteligentemente

Contenido principal del artículo

Gloria Edilma Ballesteros Rodríguez

Resumen

“Cuando pienso con el lenguaje, no me vienen a las mentes 'significados' además de la expresión verbal; sino que el lenguaje mismo es el vehículo del pensamiento”. 
          L. Wittgenstein. Investigaciones Filosóficas
Estas dos palabras que se citan para titular este prólogo, han sido una invitación que se repite constantemente en esta coyuntura llamada científicamente CONAVID 19 o comúnmente conocido como Coronavirus.
¿Pero qué es pensar inteligentemente? ¿No es acaso algo que hacemos cotidianamente y casi inconsciente por considerarse una cualidad inherente al ser humano? Entonces, ¿por qué la invitación? ¿Será que no estamos siendo capaces de representar las circunstancias que nos están rodeando y por ende las soluciones que éstas nos demandan?
Para tratar de ubicar, desde una perspectiva sencilla al lector dentro de estos dos términos, se hace necesario tomar algunas definiciones que, adicionalmente aporten al propósito o al objetivo que se pretende alcanzar durante las líneas que conforman el cuerpo y desarrollo de este prólogo […]
Pensar se podría decir es una facultad o simplemente el resultado de un proceso en el que la lingüística y los símbolos juegan un papel importante.
El pensamiento es una habilidad urdida desde la experiencia del mundo, desde niveles paralelos y canales de la vida perceptiva y conceptual. Finalmente, es una habilidad que queda restringida por valores sociales y culturales. La adquisición de esta habilidad requiere no sólo experiencias con las cosas, requiere también interacciones sociales, afectivas y lingüísticas (G. Edelman.
Bright Air, Brilliant Fire. On the matter of Mind. Págs. 173 y ss).
Desde una mirada neurocientífica:
Poseer una mente significa que un organismo forma representaciones neurales que pueden convertirse en imágenes, ser manipuladas en un proceso denominado pensamiento, y eventualmente influir en el comportamiento al ayudar a predecir el futuro, planificar en consecuencia y elegir la siguiente acción. (A. Damasio. El Error de Descartes, Crítica, Barcelona, 1994)
Inteligencia.[…]
La inteligencia humana, enmarcada en el principio de ser un recurso adaptativo que ha generado el ser humano en su proceso evolutivo.
La Inteligencia humana, generada en el proceso evolutivo de la especie, ha sido capaz de crear el proyecto de lo mejor, la manera para hacer tal o cual cosa, relacionarnos entre nosotros mismos y con nuestro medio natural, el mejor yo que podamos, el mejor de los mundos posibles. Ha depositado en estos propósitos la esperanza en cierta idea de la humanidad y del progreso, no ya biológico sino social” (Carlos Muñoz Gutiérrez, Hacia una teoría de la mente inteligente, Cap.7)
En La situación que actualmente nos encontramos como humanidad y comunidad localizados en esa gran aldea global, pensar inteligentemente se hace más que una invitación, un requerimiento imperante, más cuando hemos visto en los párrafos anteriores que, esta capacidad nos permite crear nuestros propios medios frente a diversas situaciones, que requieren soluciones en un marco no netamente biológico, sino social, de la razón, y de la lógica.
No basta realizar este llamado a una inteligencia individual sino colectiva y es aquí donde la Universidad entra a jugar un papel relevante, impulsando sus procesos integrales de manera dinámica y evolutiva, donde la innovación y el pensamiento en equipo, fortalezca el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Pasamos por un momento crucial para la educación superior, dado el aislamiento social preventivo al que estamos sometidos por la pandemia que nos acompaña y que se resiste a abandonarnos.
Pensar inteligentemente nos llama entonces a repensar nuestros procesos institucionales y académicos, y esto a su vez a concebir nuevas estrategias que respondan a esta necesidad presente con prospectiva y que tenga como Baluarte garantizar una formación académica de calidad.
Para el caso Colombiano , en relación con las instituciones de educación superior, cuya modalidad es la presencial, se tuvo que emprender un camino arduo y de marcha forzada para poder continuar con la labor encomendada de la formación de los estudiantes, quienes también han tenido que enfrentar y afrontar, al igual que los demás actores de este proceso, la incorporación de las TIC de una manera tempestuosa pero imprescindible para no ver interrumpido su proceso académico y por ende su proyecto de vida.
La adaptación que se ha ido realizando, motivada por la situación, debe no solo verse como una respuesta inmediata ante la coyuntura existente, sino a una necesidad de formación eficiente, altamente competitiva que continúe con la alta calidad que se ha comprometido, y que es exigida ya, por una economía digital que reclama profesionales altamente capacitados para el desarrollo y crecimiento de la misma.
No hay duda, que este nuevo escenario con retos claros solicita de manera efectiva y proactiva la interacción que debe existir y promoverse para lograr ese pensamiento inteligente colectivo que nos permitirá compartir experiencias, información y conocimientos, aportando nuevas soluciones que transformen sociedades a través de nuevos saberes y lecciones aprendidas.

Detalles del artículo

Cómo citar
Ballesteros Rodríguez, G. E. (2020). Editorial: Pensar inteligentemente. In Vestigium Ire, 14(1), 4-11. Recuperado a partir de http://revistas.ustatunja.edu.co/index.php/ivestigium/article/view/2020
Sección
Editorial. Vol. 14-1
Biografía del autor/a

Gloria Edilma Ballesteros Rodríguez

Decana Facultad Negocios Internacionales. Universidad Santo Tomás. Seccional Tunja.

Citas

a